Los créditos rápidos son, en términos generales, un tipo de financiación que te ofrece la posibilidad de conseguir crédito prácticamente al instante en tu cuenta. Esto es, desde que lo solicitas hasta que sabes si te lo han concedido o no (a veces, incluso, se te ingresa el dinero en cuenta) pasan entre 15 minutos y 48 horas. Ten en cuenta que en un préstamo convencional este mismo proceso puede alargarse hasta un mes.
Asimismo, tienen sus propias características. Por ejemplo, las cantidades que puedes pedir en los créditos rápidos suelen ser inferiores a las de un préstamo personal al uso.
En cuanto a los plazos de amortización de los préstamos rápidos, también son más breves y, aunque dependen de las entidades, se moverían entre uno o dos meses, en el caso de los mini créditos, y los seis años para cantidades más elevadas.
Los tipos de interés de los créditos inmediatos suelen ser más elevados que los de un préstamo convencional.