Préstamo a largo plazo: qué debes saber
¿Cuándo consideramos que un préstamo es a largo plazo? Descubre cuál es el factor determinante. Y recuerda que en el simulador de préstamos de Acierto encontrarás la oferta de las principales entidades que operan en España. Para que compares los mejores créditos a largo plazo y elijas el mejor para ti. Y, si lo deseas, con la ayuda gratis y sin compromiso de nuestros expertos.
En general, se considera que un préstamo es a largo plazo cuando el tiempo del que se dispone para devolver el dinero (y abonar los intereses que genere) supera los 12 meses. Es decir, el periodo de amortización se extiende más de un año.
Pero, como sucede siempre en el ámbito de la financiación, no todo es blanco o negro: hay matices de grises. Así, nos podemos encontrar con entidades, ya sean bancos o financieras, que califiquen en el apartado de préstamos a largo plazo aquellos cuyos tiempos de amortización se alargan más de 18 o 24 meses.
La principal característica de los préstamos a largo plazo es el tiempo del que se dispone para saldar la deuda: más de 12 meses (a veces, más de 18 o incluso 24 meses). Pero hay más:
- Importes amplios. El dinero que se puede conseguir a través de los préstamos bancarios a largo plazo es mayor que uno a corto plazo. Hablamos de financiaciones de más de 6.000 euros y que pueden alcanzar los 300.000 euros... O más.
- Finalidades variadas. La finalidad del dinero puede ser dispar. Desde financiar un viaje o unos estudios hasta instalar unas placas solares o llevar a cabo una obra de magnitud mediana (cambiar el baño o la renovar la cocina), también hacer una reforma integral, comprar un coche o una vivienda... En función de la necesidad u objetivo del solicitante.
- Son préstamos a plazos. Precisamente por el hecho de tratarse de financiaciones por una cantidad importante de dinero, este se devuelve en varios plazos o cuotas. Habitualmente, la periodicidad de las letras es mensual.
- Requisitos más estrictos. Sobre todo, en aquellos en los que hay más dinero en juego. Básicamente para que la entidad que lo comercializa, tanto se trate de un banco o una financiera, asegure la viabilidad de la operación. Dicho de otro modo, no se produzcan impagos o, si se producen, quede cubierta.
Como hemos visto, los importes a los que se puede acceder a través de un préstamo bancario a largo plazo son amplios. Tantos como los tipos de financiación existen. Te los explicamos.
Préstamos personales a largo plazo
Los préstamos personales son la forma de financiación más habitual. Con ellos se pueden obtener de 6.000 o 10.000 euros hasta 60.000. Y a la par van los plazos de amortización, que se pueden extender entre 12 meses y 8 o 10 años, en función de la entidad. La gran mayoría de las veces (casi siempre salvo alguna excepción) aplican un interés a tipo fijo.
Los préstamos personales a largo plazo se solicitan en bancos y financieras y su tramitación conlleva cierto papeleo. Desde que se pide hasta que, si sale aprobado, el dinero está en cuenta puede pasar un mes. En cuanto a las garantías de pago, las cubren los bienes presentes y futuros del titular.
Préstamos a largo plazo en línea
Hasta hace unos años, los préstamos online se limitaban, básicamente, a financiaciones rápidas, por importes bajos y con un plazo de amortización breve. Pero de un tiempo acá han ampliado su abanico y se comercializan por cantidades más elevadas y a largo plazo.
Son similares a los préstamos personales en cuanto a importes, plazos, tipos de interés que aplican (aunque, en ocasiones, son algo más elevados) y garantías. La gran diferencia la encontramos en los tiempos y formas de gestión: más rápidos y, muchas veces, 100 % online (en ocasiones solo hay que acudir presencialmente para firmar el contrato de suscripción).
Préstamos hipotecarios
Con total seguridad, las hipotecas son, de todos los préstamos a largo plazo que te vamos a presentar, los que presentan el más extenso. Y es que, en función de la entidad, puede alargarse hasta 40 años, aunque lo habitual son 30. También es la que presenta mayores importes: hay entidades que no las conceden por menos de 80.000 euros (aunque muy puntualmente se podría encontrar alguna hipoteca por 50.000 euros).
El tipo de interés de las hipotecas suele ser más bajo que el de los préstamos personales. Y más variado: pueden ser a variable, fijo o mixto. En este caso, la garantía es el bien que se adquiere con el dinero: habitualmente, una casa.
Préstamos a largo plazo para empresas
Dentro de los créditos a largo plazo no podíamos dejar de mencionar los préstamos para negocios y empresas. Con todo, no ahondaremos en la cuestión porque el abanico es extremadamente amplio. Hay que tener en cuenta que pueden existir grandes diferencias en importes, plazos y condiciones.
Por ejemplo, no será lo mismo solicitar financiación para montar una empresa que para cubrir necesidades de liquidez de una ya existente. Como tampoco será igual el préstamo que necesite un autónomo como persona jurídica que el que requiera una gran empresa o una compañía a nivel internacional.
En cualquier caso, y si quieres más información al respecto, te recomendamos que leas nuestra guía Préstamos para negocios: cómo conseguirlos.
Aunque no hay un listado concreto de requisitos, los de los préstamos bancarios a largo plazo son más estrictos que los de otras financiaciones con periodos de amortización más cortos. Te listamos los más comunes, aunque ten en cuenta que pueden variar en función de la entidad e, incluso, tu perfil:
- Ser mayor de edad o tener más de 21 o 25 años, según el tipo de financiación.
- Contar con unos ingresos fijos, recurrentes y suficientes como para poder hacer frente a las cuotas.
- Aparecer como titular en una cuenta corriente.
- Tener una ratio de endeudamiento adecuada. No destinar más del 35 % de los ingresos que entran en el hogar a pagar deudas.
- No estar ni haber estado nunca en ningún listado de morosidad como, por ejemplo, Asnef.
- Contar con estabilidad y antigüedad laboral. Los contratos fijos son mejor valorados que los temporales, del mismo modo que llevar más de dos años en una misma empresa suma puntos.
- Adjuntar toda la documentación que requiera la entidad en los plazos que te indiquen.
- Si te lo pidieran, presentar algún aval.
De nuevo, nos encontramos ante un amplio listado de posibilidades. Porque la documentación de los préstamos a largo plazo variará según la entidad, tu perfil, el tipo de préstamo, el importe que pidas... Te enumeramos los más habituales:
- Documento de identificación en vigor. DNI o NIE sin caducar.
- Justificantes de ingresos. Variarán en función del tipo de contrato laboral (serán más en los autónomos que en los asalariados, por ejemplo).
- Copia del contrato laboral vigente.
- Extracto de la vida laboral actualizado.
- Listado de patrimonio.
- Copia de la escritura de la vivienda en la que se reside si es de propiedad. Si no lo es, del contrato de alquiler.
- Últimos recibos de los suministros habituales (factura de la luz, teléfono, etc.).
- Si hubiera otras financiaciones, justificantes bancarios de los últimos recibos.
- En función de la finalidad de la financiación (sobre todo en los préstamos eco o para reformas), presupuesto o factura proforma.
- Datos del avalista, si lo pidieran.
Estamos hablando de un préstamo a largo plazo y eso implica que estaremos ligados a él durante un amplio periodo de tiempo. Por tanto, no solo se trata de contratar: hay que hacerlo con las mejores condiciones. Para ello, nos vamos a tener que fijar en varios aspectos. Estos son los principales:
- El capital que conseguimos. El importe que obtenemos con el préstamo a largo plazo debe ser el que necesitamos para llevar a cabo nuestro proyecto. Y, muy importante, no pedir de más. Si lo hacemos, acabaremos pagando intereses por un dinero que realmente no precisamos.
- Tiempo de aprobación. En función de la urgencia con la que se precise el dinero, debemos asegurarnos de que el tiempo de solicitud, estudio, gestión y concesión se adapta a nuestras necesidades.
- El tipo de interés. Debe ser lo más bajo posible. Para ello, tenemos que fijarnos en el Tipo de interés nominal (TIN), que es el tipo de interés a secas, pero sobre todo en la Tasa Anual Equivalente (TAE), en la que se incluye el TIN y otros gastos. Es la que nos indica el coste real de la financiación.
- Comisiones. Lo más común es que todas las financiaciones conlleven el pago de alguna comisión. Por su gestión, básicamente. Sobre todo, tenemos que revisar las que tienen que ver con cambios de condiciones, como la de amortización anticipada, por si más adelante nos interesara saldar deuda antes de tiempo. Deben ser lo bajas posible.
- Productos vinculados. Es posible que nos ofrezcan la contratación de otros productos de la entidad a cambio de bajarnos el tipo de interés. Los más comunes son cuentas corrientes, tarjetas de crédito, seguros de hogar, coche o de protección de pagos. Antes de aceptarlos debemos recordar que su suscripción no es obligatoria y tenemos que hacer números: a veces, su mantenimiento cuesta más que la rebaja que nos puedan ofrecer.
- Plazo de amortización. Debe ajustarse al máximo, sin ahogar la economía familiar. Intentemos que sea lo más breve posible ya que nos ahorraremos intereses.
- Infraestructura de la entidad. Sobre todo, si tenemos que vincularte con el banco. Debemos asegurarnos de que la entidad satisface nuestras necesidades como cliente: dispone de oficinas y una buena red de cajeros en nuestra área de influencia, el servicio online es correcto, nuestras operaciones habituales no tienen coste...
Encontrar préstamos personales a largo plazo puede parecer fácil, pero localizar los mejores no lo es tanto. Muchos aspectos para valorar y para tener en cuenta. Gran cantidad de información que analizar.
Por estos motivos, si estás buscando un crédito a largo plazo, te recomendamos que recurras a manos expertas. Como la de los agentes del simulador de préstamos de Acierto, que te acompañarán telefónicamente, y gratis y sin compromiso, durante todo el proceso.
Sólo tienes que responder a nuestro cuestionario, para que conozcamos tu perfil y tus necesidades, y te elaboraremos un estudio personalizado de financiación, con los préstamos a largo plazo que presentan las mejores condiciones para ti. Fácil y rápido. Sin complicaciones.
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Hasta aquí te hemos explicado todo lo que debes saber acerca de los préstamos bancarios a largo plazo. Ahora vamos a responderte a las preguntas que más habitualmente nos han hecho llegar, al respecto, nuestros usuarios.
¿Se pueden contratar préstamos a largo plazo en línea?
Sí, claro. Puedes contratar préstamos a largo plazo en línea, a través de internet. De hecho, hay entidades en las que todo el proceso, incluso la firma del contrato, es online. Con todo, en una amplia mayoría de casos (sobre todo si hablamos de bancos), el último paso, el de la rúbrica, se hace de forma presencial.
¿Qué diferencias hay entre un préstamo a largo plazo y uno a corto plazo?
Básicamente hay dos grandes diferencias entre un préstamo a largo plazo y otro a corto plazo: el tiempo que se tiene para devolver el dinero (en el primero es de más de 12 meses y en el segundo, de menos) y el capital que se puede obtener. En los créditos a largo plazo es considerablemente mayor.
¿Qué son los préstamos grandes a largo plazo?
Se conocen como préstamos grandes a largo plazo aquellos cuyos importes son de gran magnitud. Hablamos de financiaciones que superan los 50.000 euros. De hecho, en muchos casos se engloban en este apartado las hipotecas.
Actualizado el 09/09/2024 por el equipo de redacción de acierto
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