¿Qué tipos de préstamos bancarios existen?

Préstamos personales: el tipo de préstamo bancario por excelencia

Los préstamos personales son un tipo de que nos sirven para financiar la compra de un bien o afrontar un gasto o inversión. Ofrecen importes que suelen alcanzar los 60.000 euros (puntualmente pueden llegar a los 80.000) y sus plazos de amortización se extienden entre los 12 meses y 10 años, de ahí que sean considerados préstamos a largo plazo. En la mayoría de casos, el tipo de interés que aplican es fijo.

Antes de concederlo, la entidad estudiará el perfil del solicitante para evaluar la solvencia de la operación. Y, para ello, le pide cierta documentación y que cumpla varios requisitos. A veces se exigirá un avalista. Y, en algunos casos, sobre todo en los préstamos para reformas o para negocios, se tiene que justificar, con facturas, presupuestos o proyectos, la finalidad del dinero.

En cuanto a la concesión, se puede alargar entre 72 horas y un mes. En este el plazo intervienen elementos como la entidad en la que se pide el dinero, el importe, lo que se tarda en aportar la documentación o si el solicitante es cliente o no del banco. Las garantías de pago de los préstamos personales son los bienes presentes y futuros del titular.

Préstamos rápidos: otro tipo de préstamos

Los préstamos rápidos son muy similares a los personales. Las grandes diferencias están en la vía de tramitación (a través de internet), que requieren menos papeleo y los importes, que suelen ser inferiores a los de un préstamo personal, y los plazos, más cortos. Hablamos de financiaciones de, como mucho, 15.000 euros, a devolver en hasta 5 años. Por contra, los intereses son algo más altos que los de un préstamo personal pero sin llegar los de las tarjetas de crédito, que pueden alcanzar el 20%.

Préstamos preconcedidos

Los préstamos preconcedidos son un tipo de préstamo bancario que se concede sin necesidad de que haya una solicitud concreta de por medio. De hecho, son los bancos quienes los ofrecen directamente a clientes que tienen cierta vinculación con ellos y que, además, cuentan con un buen historial bancario y estabilidad económica. Se trata de los préstamos que te presentan a través de su app o cajero automático o los anticipos de nómina, por ejemplo.  

Los importes que se conceden se mueven desde los 2.000 euros y, muy puntualmente, hasta los 20.000 euros. Hay varias vías de contratación: por teléfono, a través de la app o perfil del servicio de banca online, en los cajeros automáticos, presencialmente en una sucursal… Los préstamos preconcedidos pueden tener intereses o no. En el segundo caso, lo habitual es que te cobren una comisión.

Tipos de préstamos para imprevistos: los minipréstamos

Los minicréditos son un tipo de préstamo que se caracteriza por la rapidez de tramitación y por los bajos importes que dan. De hecho, no suelen superar los 1.000 euros, que se tienen que devolver en un plazo corto (dos o tres meses). Se solicitan online y su concesión se concreta en minutos. Los intereses que aplican, conocidos como honorarios, son muy elevados.

Los minipréstamos tienen pocos requisitos: ser mayor de edad y residir en España. Y, en ocasiones, pueden acceder a ellos personas que están en listados de morosidad, como Asnef. Por su alto precio, se recomienda que el uso de un minicrédito esté orientado a afrontar un gasto imprevisto.

Tarjetas de crédito: otro tipo de préstamo bancario

Las tarjetas de crédito son un método de pago y también un tipo de préstamos. El importe que se incluye en el crédito de la tarjeta, más bajo que el de un préstamo, puede variar en función del banco, el tipo de tarjeta y el perfil del usuario.

De disponer de una, el crédito se puede usar de forma instantánea, si no el trámite de solicitud se puede alargar entre 10 días y un mes. Lo habitual es que los intereses que aplican las tarjetas de crédito sean bastante más elevados que otros tipos de préstamos bancarios.

Préstamos entre particulares

No siempre es necesario que haya un banco para que se preste dinero, como en los préstamo entre particulares. Básicamente, los hay de dos tipos. Por una parte, entre familiares y amigos, con un acuerdo verbal, aunque no está de más que se formalice de alguna manera para evitar algún malentendido. De hecho conviene hacerlo para que Hacienda no lo entienda como una donación (con las consecuencias fiscales que eso implica).

Por otra parte, a través de plataformas de crowdlending. Son los préstamos P2P, gestionados a través de entidades que ponen en contacto personas que buscan financiación con otras que quieren invertir. En ellos, la propia plataforma es la que, tras analizar el riesgo de la operación, fija unos intereses al solicitante de la financiación y una rentabilidad al inversor.

Líneas de crédito

Las líneas de crédito son otro tipo de préstamo bancario. Se trata de un método de financiación en el que un banco o financiera pone a disposición de un cliente una cantidad de dinero durante un tiempo determinad. Este capital se va usando (o no) en función de las necesidades del titular.

Habitualmente están destinadas a empresarios y autónomos, aunque los particulares también pueden acceder a ellos.

Otros tipos de préstamos: los ICO, destinados a empresas

Los préstamos ICO son, dentro de los diferentes tipos de préstamos bancarios, unas líneas de financiación ofrecidas por el Instituto de Crédito Oficial, entidad pública empresarial que está adscrita al Ministerio de Economía y Competitividad. Y están dirigidos a pymes, empresas, autónomos y particulares, para distintas finalidades según el colectivo.

Los tipos de interés de los préstamos ICO suelen ser más bajos que otros préstamos para autónomos, pero puede variar en función de la línea que se solicite, el plazo de amortización y el importe. En cualquier caso, se tramitan a través de entidades bancarias colaboradoras. Esto es, es la entidad la que estudiará la solicitud de la financiación y quien, tras evaluar el perfil, decidirá si la concede o no.

Otras clases de préstamos bancarios: los hipotecarios

Los préstamos hipotecarios son unos préstamos a muy largo plazo (normalmente entre 10 y 30 años aunque puntualmente pueden alcanzar los 40) que se contratan normalmente para adquirir un bien inmueble (una vivienda, un local, una plaza de aparcamiento, etc.) que habitualmente sirve como garantía de cobro si no se pagan las cuotas.

El tipo de interés que aplica un préstamo hipotecario suele ser más bajo que en otros tipos de préstamos, como los personales, y puede ser fijo (siempre es el mismo), variable (consta de dos partes un diferencial, que siempre es el mismo, al que se le suma un tipo de referencia, en España normalmente el euríbor, que se revisa en un tiempo determinado) o mixto (combina un periodo a tipo fijo y otro variable).

En cuanto a los importes que conceden estos tipos de préstamos bancarios (o de financieras), pueden variar y son considerablemente más altos que los de un crédito personal. Suelen partir de los 80.000 euros y el máximo lo establecen varios factores. Entre ellos, el valor del inmueble que va a servir como garantía. Habitualmente cubre hasta un 80 % de su valor (siempre y cuando se trate de una primera vivienda).

Cómo elegir el mejor préstamo

Y, entre todos los tipos de préstamos, ¿cuál es el mejor para ti? Dependerá de varios factores: desde el importe que vas a pedir hasta el motivo por el que lo vas a solicitar. 

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