Tarjetas Prepago

Qué son las tarjetas prepago

Las tarjetas prepago son, como su propio nombre indica, un tipo de tarjeta o método de abono cuyo principal requisito es que exista un pago previo por parte del cliente. Es decir, el usuario debe efectuar un ingreso previo en esa tarjeta para poder utilizarla. Y solo podrá acceder al dinero concreto que habrá “cargado”, sin que exista una cuenta corriente de por medio.

Los ingresos pueden efectuarse mediante transferencias, y nunca será posible gastar por encima del saldo disponible. El “plástico” actúa como una especie de monedero virtual, de ahí que también se las conozca bajo esta denominación. En definitiva, consiste en algo parecido a una tarjeta convencional pero con un saldo, digamos, virtual y limitado.

Es por esto que hoy son un sistema muy utilizado para realizar transacciones online pero que no siempre sale rentable, principalmente porque algunas de estas tarjetas prepago aplican comisiones en ciertos casos. También porque la operativa de las tarjetas prepago no siempre resulta sencilla.

No obstante, hay que decir que las tarjetas prepago son un producto muy accesible, ya que cualquiera puede solicitar y obtener una fácilmente. Al no haber cuentas de por medio, no se realiza un estudio previo de viabilidad.

Características de las tarjetas prepago

En definitiva, este sería el resumen de las características de las tarjetas prepago:

• Disponen de una numeración única y un PIN.
• No están vinculadas a una cuenta bancaria.
• Debe recargarse el saldo de las tarjetas prepago para poder utilizarlas.
• Las principales virtudes de las tarjetas prepago son que el saldo está limitado y que son seguras.
• Se emplean generalmente para dar dinero a menores de edad o efectuar compras online.

Cómo funcionan las tarjetas prepago

Si ahondamos en el funcionamiento de las tarjetas prepago, hay que comentar que resulta sencillo. Para utilizarlas deberemos llevar este sencillo proceso:

• Revisar el saldo de la tarjeta prepago antes de realizar ninguna compra. Porque, en caso contrario, no podremos llevarla a cabo.
• Recargar la tarjeta si no contamos con dinero suficiente. Con cuidado de que no nos cobren comisiones por incumplir el mínimo, por ejemplo.
• Comprar: online, en comercios físicos...
• Descargar el dinero sobrante es otra opción que ofrecen las tarjetas prepago, aunque no es necesario hacerlo y podemos guardarlo para la próxima ocasión.

También encontramos tarjetas prepago meramente virtuales, pero para utilizarlas necesitaremos vincular este medio de pago con alguna de las siguientes aplicaciones: Apple Pay, Google Pay o Samsung Pay. A partir de este momento podremos hacer compras con la tarjeta prepago con el móvil, en cajeros contactless también, etcétera.

Tipos de tarjetas prepago

En el mercado actual encontramos distintos tipos de tarjetas prepago:

• Tarjeta prepago física: como su propio nombre indica, cuenta con un soporte físico que se puede utilizar para sacar dinero en cajeros, comprar online y en tiendas físicas. Es la tarjeta prepago más tradicional y cuenta con un handicap claro: puede perderse.
• Tarjeta prepago virtual: carece de soporte y suele vincularse a otros dispositivos mediante Apple Pay, Google Pay o Samsung Pay.
• Tarjeta prepago anónima: en este caso la tarjeta no incluye ningún tipo de información personal. Las transacciones suelen estar más limitadas.
• Tarjetas prepago Visa o Mastercard.

Qué puedo hacer con las tarjetas prepago

Pero, ¿qué acciones concretas puedo hacer con una tarjeta prepago? ¿Cuáles son sus posibilidades?

• Como muchas de las tarjetas prepago están emitidas por Visa y Mastercard, es posible pagar con ellas en un amplio abanico de comercios distribuidos a lo largo y ancho de toda nuestra geografía.
• Es posible sacar dinero (previamente cargado) en cajeros automáticos de cualquier lugar con una tarjeta prepago.
• También puedes comprar online, no solo en comercios físicos.
• No se realiza ningún estudio previo cuando se solicita.
• No importa si estás en ASNEF o no para conseguir una tarjeta prepago.
• Cuenta con todos los protocolos de seguridad al uso, como el código PIN.
• Si pierdes la tarjeta o te la roban solo perderás el dinero que tuvieras metido en la tarjeta prepago.
• Puedes utilizarla para controlar los gastos de tus hijos o similares.

Cuándo pedir una tarjeta prepago

Aunque las razones para solicitar una tarjeta prepago pueden ser variadas, existen dos que predominan claramente sobre el resto:

• Se contrata una tarjeta prepago para efectuar transacciones online por miedo a comprometer la cuenta corriente personal, o por miedo a que se roben los datos.
• Porque se quieren controlar los gastos de determinadas personas (hijos, por ejemplo) de forma periódica. Puede ser una forma de ayudarles a administrarse.
• Porque se está en ASNEF, embargos, o se está en una situación en la que abrir una cuenta corriente o solicitar otro tipo de tarjeta bancaria no es posible.

Inconvenientes de las tarjetas prepago

Y ¿por qué pedirlas en estas circunstancias si las tarjetas prepago tienen otras muchas ventajas? Fácil, porque también tienen un lado oscuro. Entre otros:

• Muchas tarjetas prepago se encuentran sujetas a comisiones por emisión, recarga, uso y retirada de dinero en cajeros automáticos. Es fundamental que antes de contratar el producto, el cliente analice todas las comisiones como la existencia de mínimos tanto en las cantidades como en las comisiones. Por ejemplo, un 1 % por recarga con un mínimo de 2 euros.
• Son tarjetas de saldo limitado, de manera que es difícil que te acepten una tarjeta prepago como garantía en alquileres o en suscripciones periódicas.
• El tiempo de caducidad de una tarjeta prepago suele ser inferior al de otra clase de tarjetas.
• Es posible que, si viajas al extranjero, puedas tener algún problema a la hora de recargar el saldo de la tarjeta prepago.
• O sea, lo que inicialmente parecía un producto muy flexible, parece que no lo es tanto. Excepto en los requisitos para conseguir una.
• Otros: su oferta es más limitada que en el caso de otros productos bancarios, no sirven para ciertas operaciones, no permiten financiar compras ni generar descubiertos –a diferencia de las tarjetas de crédito–.

Comisiones de las tarjetas prepago

Algunas de las comisiones más habituales de las tarjetas prepago (cosa que no quiere decir que todas las tengan) son:

• Comisión por recarga. Esta puede ser un porcentaje del importe que oscila entre el 0 % y el 4 %.
• Comisión por mantenimiento. Igual que sucede con muchas tarjetas de crédito, pueden cobrarnos por el mantenimiento de la tarjeta prepago.
• Comisión por sacar dinero o consultar el saldo: si la tarjeta prepago es física. Suele tratarse de una comisión física de unos céntimos por consultar el saldo y de un porcentaje sobre el dinero retirado.
• Comisión por desuso. Si dejamos de usarla la entidad también puede cobrarnos. Este coste es similar a la comisión de mantenimiento.

Quién puede pedir una tarjeta prepago

Como decíamos y puesto que una tarjeta prepago carece de vinculación alguna, contratarlas es muy sencillo. De hecho, lo más probable es que solo nos pidan ser mayores de edad y residir en España. Y aportar una copia del DNI o NIE en vigor para poder acreditar quiénes somos.

No obstante, tienes que saber que algunas entidades pueden pedirte que tengas una cuenta corriente e incluso ser cliente del banco para acceder a determinadas tarjetas prepago (quizás algunas que tengan mejores condiciones que el resto, por ejemplo, o ventajas adicionales). En este caso la vinculación puede variar. O sea, no es obligatorio que se trate de una cuenta, sino que podría ser, por ejemplo, un depósito.

En el caso concreto de los menores de edad, si necesitamos una tarjeta prepago para ellos, será necesario que alguno de los padres o tutor legal tenga una cuenta abierta en la misma entidad, y también que el menor tenga, al menos 12 o 14 años, según el banco.

Tarjetas prepago sin cuenta bancaria

Una tarjeta prepago no tiene por qué estár vinculada necesariamente a una cuenta bancaria, aunque sí es cierto que puede que tengas ciertos beneficios si dispones de una libreta en la entidad en la que la contrates. Por ejemplo, pueden eliminarte los costes de recarga, si es que los hubiera.

De cualquier forma, al ser un producto que se va recargando de dinero en función de la necesidad, no es obligatorio que esté vinculado a una cuenta. Se puede ir alimentado a base de transferencias. 

¿Dónde puedo recargar una tarjeta prepago?

Según la clase de tarjeta prepago que tengas, el proceso de recarga puede ser diferente, pues cada entidad escoge su sistema. Ahora bien, lo más normal es que esta recarga puedas hacerla a través de una app o página web, y también mediante una transferencia bancaria. Esta última puede tardar más en hacerse efectiva que la primera, de hecho hasta 2 y 3 días naturales.

Otra alternativa es acudir a la red automática de cajeros del banco para recargar la tarjeta prepago, aunque esta opción suele ser más incómoda, pues no siempre el usuario tiene a su alcance un cajero para realizar la operación.

La tarjeta de crédito, mejor opción

Vistas todas las características de las tarjetas prepago parece claro que resulta más rentable decantarse por otra clase de producto (si no nos encontramos en las situaciones descritas y podemos permitírselo). Desde Acierto.com te recomendamos que accedas a nuestro comparador de tarjetas y analices, de forma personalizada, cuál es la opción que se adapta mejor a tus necesidades.

Recuerda que detrás del comparador hay un equipo de personas a tu entera disposición para resolver todas las dudas que puedan surgirte, acompañarte y estar siempre a tu lado, desde la búsqueda hasta la contratación de la tarjeta.